Cirugía de Epilepsia

A diferencia de lo que muchos piensan, la epilepsia no es una enfermedad psiquiátrica ni mental, se trata de un trastorno neuronal crónico producido por el mal funcionamiento de las neuronas a raíz de una alteración en la actividad eléctrica normal del cerebro.

La alta actividad eléctrica suele ser espontánea y se presenta en el sistema nervioso central, produciendo convulsiones repetitivas e incontrolables, conocidas como ataque epiléptico.

Los tratamientos para la epilepsia existentes están basados en medicamentos, cirugía o Estimulación Profunda Cerebral (DBS); estos varían según el número de crisis que presenta el paciente asi como el control logrado con terapias de primera línea.

En lo casos en los cuales no hay un control eficiente con medicamentos es imperativa la evaluación por especialistas en esta rama para valorar si el paciente es candidato a una neurocirugía de epilepsia o neuroestimulación, que otorgue al paciente un control eficiente de los síntomas y sobre todo evitar el deterioro mental que sufren los pacientes con crisis mal controladas.

Suele ser más común en menores de dos años y en adultos mayores de 65. Incluso, según estudios, se ha estimado que cerca de 50 millones de personas a nivel mundial padecen de epilepsia.

Antes de determinar que alguien sufre de esta afectación y que, por lo tanto, debe recurrir a la búsqueda de tratamiento, es porque esta persona debe haber sufrido dos o más crisis epilépticas no provocadas en un intervalo de 24 horas entre cada uno de ellos, pues tiene una tendencia repetitiva. Mientras que cuando ha sufrido una única crisis, es necesario realizar un diagnóstico que evalúe el comportamiento neuronal, la zona que está siendo afectada y la posible causa.

Cuando hay un aumento en la actividad eléctrica del cerebro, las funciones motoras del cuerpo, el comportamiento y el nivel de conciencia se afectan, produciendo una crisis que dura solo un par de minutos. En cuanto el ataque finaliza, el cerebro retoma su funcionamiento normal.

Su etiología es diversa y multifactorial. Factores que vuelven susceptible a un individuo a sufrir de epilepsia, son los antecedentes perinatales (hipoxia neonatal), herencia, antecedentes de trauma craneoencefálico, tumores e infecciones.

Entre las posibles causas se ha establecido un patrón en donde los neurotransmisores activos, o sustancias encargadas de controlar los impulsos nerviosos del cerebro, se presentan en altas cantidades incrementando la actividad neuronal, sin embargo, hay casos en los que se ha presenciado una baja cantidad de inhibidores de los mismos neurotransmisores, produciendo un ataque epiléptico. Este trastorno también se puede dar por: Predisposición genética o herencia. El estado de la maduración cerebral a raíz del crecimiento. Una lesión cerebral producida por tumores, accidentes craneoencefálicos, consumo excesivo de drogas y/o alcohol, infecciones cerebrales como meningitis, etc. Enfermedades cardíacas que afectan el nivel de oxígeno en el cerebro.

Una vez se ha determinado la causa de dicho trastorno, se puede establecer un tratamiento para la epilepsia que debe iniciarse tan pronto como sea posible, y debe mantenerse con regularidad. Se han presentado casos en los que los pacientes presentan resistencia a los medicamentos usados en el tratamiento para la epilepsia, así que se debe recurrir a los demás métodos, según establezca el especialista.

Síntomas

Hay crisis fácilmente diagnosticables como la que presenta crisis epilépticas con inicio motor (pérdida de la postura con movimientos bruscos de las extremidades y alteración de la conciencia), en cambio hay otras epilepsias que presentan crisis sin síntomas motores como las ausencias donde solo se observa alteración de la conciencia.

En los niños y adolescentes las crisis de epilepsia se presentan con una pérdida temporal de la conciencia, sin caída al suelo ni convulsiones, duración de segundos y rápida recuperación, espasmos infantiles (movimientos musculares bruscos, repentinos y rápidos), convulsiones febriles.

Las crisis de epilepsia parciales pueden presentarse con sensaciones extrañas o difíciles de describir, estos pueden ser fenómenos auditivos, visuales, sensación de hormigueo, percepción de diferentes tipos de olores, temor, ira, movimientos de la lengua, palidez entre otras manifestaciones.

Estos síntomas pueden aparecer de manera aislada o dar paso a una pérdida de conciencia con movimientos automáticos de la boca, de las manos o de otra parte del cuerpo. En otras ocasiones pueden presentarse con sacudidas de una extremidad o de la mitad de la cara, sin pérdida de conciencia y es importante identificarlas para la aplicación de un futuro y eficaz tratamiento.

Datos de alarma

PERÍODOS DE CONFUSIÓN MENTAL. MOVIMIENTOS INVOLUNTARIO DE MASTICACIÓN. MOVIMIENTOS MUSCULARES FINOS DE LA CARA U OTRAS PARTES DEL CUERPO, DE CORTA DURACIÓN. PERIODOS ÚNICAMENTE DE ALTERACIÓN DE LA CONCIENCIA, EN LOS QUE LA PERSONA ES INCAPAZ DE RESPONDER PREGUNTAS O MANTENER UNA CONVERSACIÓN. CONVULSIONES.

Diagnóstico

Se debe realizar por un especialista en enfermedades neurológicas con apoyo del ELECTROENCEFALOGRAMA.

¿Quiénes se deben realizar un electroencefalograma?

Neonato, infantil o adulto que sufra traumatismo cráneo encefálico. Cualquier persona que presente por primera vez una crisis de epilepsia convulsiva.

Electroencefalograma

Consiste en monitorizar la actividad eléctrica en la corteza cerebral, por medio de la colocación de electrodos y un registro de la actividad cerebral. Durante el estudio se realizan métodos de activación como la hiperventilación, foto estimulación, entre otras maniobras.

Tratamientos para la epilepsia

Actualmente existen tratamientos para la epilepsia según el tipo de crisis y la causa que les ha provocado, entre ellos se puede encontrar:

Tratamiento farmacológico

En ocasiones las crisis disminuyen por la combinación de los mismos, sin embargo, hay quienes no ven resultado con el uso de fármacos y deben recurrir a otros tratamientos.

Cirugía

En el momento en que otros tratamientos para la epilepsia resultan ineficientes, la cirugía se convierte en una opción, en este procedimiento el neurocirujano identifica la parte del cerebro que causa las convulsiones, tratándolo sin afectar las funciones motrices, del habla, oído o visión del paciente, dado que la parte del cerebro que provoca las crisis está en una zona pequeña y bien definida en la mayoría de los casos.

Puede que, tras la realización de la cirugía, algunos pacientes deban seguir tomando medicamentos en una menor dosis.

Terapias de tecnología avanzada

Cirugías mínimamente invasivas Radioneurocirugía Estimulación Cerebral Profunda (DBS) Estimulación del Nervio Vago (VNS)

La Estimulación Cerebral Profunda (DBS), puede llegar a controlar ciertas terminaciones nerviosas que envían impulsos eléctricos al cerebro, funcionando como un marcapasos cerebral controlando las convulsiones.

La Estimulación Del Nervio Vago (VNS) es una técnica para activar las neuronas del cerebro a través de la estimulación de las fibras del nervio vago izquierdo mediante impulsos eléctricos de un pequeño generador implantado en la porción superior del pecho.

Actualmente, es una técnica aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento de la epilepsia y la depresión en pacientes mayores de 12 años.

Estos son algunos consejos que pueden ser útiles para complementar los tratamientos para la epilepsia: Uso correcto y continuo de los medicamentos. El buen descanso es necesario, evite la falta de sueño. Usar una manilla de alerta médica ayudará a otros a saber que usted sufre un trastorno. Realizar actividad física ayuda a reducir la depresión. Evitar el consumo de drogas, tabaco y/o alcohol. Beber suficiente agua. Controlar el estrés.